Morgana vs. Morgana: “Kintsugi” o cómo soldar una banda con oro invisible

Treinta años después de nacer en la Valencia underground, Morgana vs. Morgana firma su obra más honesta y cohesionada. "Kintsugi" no es solo un disco: es el acta de reparación de una familia musical.
El ascensor, la herida y el oro
Si tuvieran que vender su nuevo álbum en lo que dura un trayecto de ascensor, ellos mismos se ríen: «Kintsugi es una celebración sonora de las cicatrices emocionales, un disco que transforma el dolor en belleza a través del metal alternativo». Y no es pose. En su universo, la estética japonesa de reparar con oro lo roto no es metáfora vacía: es crónica de supervivencia.
—¿Cuál fue la cicatriz que se volvió canción?
«Varias, pero "Hoy Seré Yo" es la más clara», admiten. La línea que piden que alguien se tatúe resume su ética: «De los golpes siempre he aprendido que tras recibirlos tuyos son, no hacen daño».
¿Y el "oro" de su kintsugi? Nada técnico, todo humano: «La amistad de más de 30 años. Cuando la banda estaba prácticamente rota, supimos hablar, escuchar, empatizar y sostenernos. Todo lo que se oye en el disco nace de ahí».
El sonido de una reconciliación
Tres decisiones de estudio explican el pulso orgánico del álbum. Primero, grabar casi todo en The Mixtery (Mota del Cuervo) convivendo varios días: la química se oye. Segundo, preservar tomas completas —pocos pinchazos— para mantener la respiración real de cada tema. Tercero, minimalismo de artificio: «Mantenerlo crudo, natural, minimizando samples».
El productor Raúl Abellán vuelve a ser socio creativo: «Desde "II. En el Nimbo" nos obligó a replantear la composición; saca de nosotros cosas que no sabíamos que teníamos. Con él siempre hay progresión».
La pieza que más mutó fue "Despacio": «Un cambio interno pasó a ser inicio y riff base. Aprendimos que hay que soltar el proteccionismo y probar ideas».

Catarsis sí; panfleto, no
En "Sait-on aimer?" y "Adornos" hay crítica y humanismo, pero rehúyen el dogma: «No lanzamos soflamas; presentamos realidades que todxs conocemos. La catarsis suele llegar más fácil en lo íntimo ("Hoy Seré Yo", "Kintsugi"), y en lo colectivo surge con más fuerza en directo».
Autogestión: el precio de la independencia
No viven de la música. Lo dicen sin drama: «Lo financiamos con otros trabajos. Los directos y el merch ayudan, pero el grueso sale de nuestros bolsillos». Esa franqueza explica también su resistencia: «Tras 2021–2022 estuvimos realmente rotos. Con autocrítica, reflexión y empatía volvimos a pegarnos. No era el final que merecía la banda».

Valencia, ayer y hoy
El diagnóstico de su escena local es contundente: «No ha mejorado. Hay iniciativas y bandas valiosas, pero aisladas. En los 90 y 00 había más locales, colaboración y público». Que lo digan ellos, con tres décadas de memoria, importa.
ADN musical y brújula estética
Morgana vs. Morgana abraza el metal alternativo y ensancha fronteras con progresivo, post-rock y stoner. Entre sus piedras angulares desfilan Soundgarden (Badmotorfinger), Katatonia (The Great Cold Distance), Helmet (Betty), Tool (Ænima) y Dredg (El Cielo). En casa, recuerdan dos hitos: el salto a quinteto —cuando Carlos dejó la guitarra para centrarse en la voz— y Sol Invicto, mezclado por Jens Bogren, que endureció y sobrió su sonido sin perder identidad. El tercero es el presente: «Decidir hacer un nuevo disco. "Kintsugi" nos enorgullece tanto por el resultado como por el proceso de reconstrucción».

La puerta de entrada
Para quien llega de otros géneros (rock, metal, pop, clásica), su invitación es clara: «Somos una banda con más de 30 años y crítica muy positiva, abierta a fusionar. Dénnos una oportunidad». ¿Por dónde empezar? «El directo, siempre. Y si no, el propio "Kintsugi"». En vivo abren con "Kintsugi" a bocajarro: «Queríamos empezar sin concesiones».
Próximos pasos y un deseo (im)posible
El plan inmediato: «Presentación de "Kintsugi" en Barracuda Rock Bar (Madrid) junto a Gobernador, el 24 de enero». En paralelo, trabajan fechas para 2026, barajan videoclip y estudian una edición física del álbum. El deseo realista: «Entrar en algunos de los principales festivales de España». El imposible que les hace sonreír: «Encabezar un estadio o un gran festival con miles de personas deseando oírnos».

Manifiesto de oficio
Para quien empieza, su consejo evita el cliché: «Paciencia y expectativas reales. Es fácil ilusionarse; son pocas las oportunidades que se materializan. Con eso claro, se disfruta casi todo».
Y una última síntesis, directa a quien lee: «Somos un grupo de largo recorrido que sigue empujando por amor al arte. Si "Kintsugi" te encuentra, quizá también repare algo en ti».

Banda: Morgana vs. Morgana (Valencia)
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Miembros: Carlos Pagola (voz), Javier Cortés (guitarra), Zagg (guitarra), Raúl Pagola (bajo), Vicente Merodio (batería)
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Producción: Raúl Abellán – The Mixtery
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Concepto: resiliencia, reparación, belleza de la grieta
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Pista-farol: "Kintsugi" (puerta de entrada recomendada)
«El oro que usamos fue nuestra amistad de más de 30 años.»
«De los golpes siempre he aprendido… no hacen daño.»
«Kintsugi no es solo un disco. Es el reflejo de todo lo que hemos roto y recompuesto como banda y como personas.»
Entrevista y redacción: Ethan López
