Lauren Spencer Smith en Madrid: lágrimas, verdad y música sin autotune

07.09.2025

El pasado martes, Madrid no vivió un concierto cualquiera. Vivió un desahogo colectivo. Lauren Spencer Smith ofreció en La Riviera su primer show en España y lo que sucedió allí fue mucho más que una presentación musical: fue una sesión emocional a corazón abierto. La canadiense de 21 años, convertida en fenómeno global tras su irrupción viral en TikTok, ofreció un espectáculo íntimo, crudo y profundamente humano, donde la música sirvió de lenguaje común entre heridas compartidas. 

El público: joven, leal y conmovido

Desde horas antes, una larga fila rodeaba la sala. Predominaban chicas adolescentes, algunas acompañadas por sus madres, muchas con carteles caseros, camisetas con letras de Fingers Crossed o Flowers, y todas con ese brillo en los ojos que anticipa una noche significativa. No era una audiencia de postureo ni de festival: era un público que siente y vive las letras, que va al concierto como quien busca cerrar un capítulo de su vida.

El cartel de entradas agotadas colgaba desde hacía semanas. Y no era para menos.

Una entrada directa al corazón

A las 21:30, las luces se apagaron y el primer acorde de Best Friend Breakup provocó una oleada de gritos y emoción. Lauren apareció serena, pero firme. Desde el primer verso, la conexión con el público fue total. No había barrera entre artista y audiencia: había un hilo emocional invisible que los unía a todos.

Durante la noche, cayeron canciones como That Part, Pray, If Karma Doesn't Get You (I Will), Narcissist, Fantasy y otras piezas ya icónicas de su repertorio. Cada tema era una confesión cantada. El público respondía no solo con voces, sino con lágrimas, suspiros, silencios y miradas cómplices.

Dos momentos destacaron por encima del resto:

  • "Flowers": el público bajó la voz, respetando la fragilidad del tema. Fue casi un rezo.

  • "Fingers Crossed": todo lo contrario. Un grito colectivo. Un desahogo. Una declaración de independencia emocional.

La rueda de las emociones: terapia y sorpresa

Uno de los momentos más especiales llegó cuando Lauren presentó su dinámica "The Wheel of Feelings". Una ruleta con colores que representan emociones:

  • 🟣 Confusión

  • 🔴 Enfado

  • 🔵 Tristeza

  • 🟢 Felicidad

  • ⚪ Elección libre

Eligió a un fan del público —Miguel— para girarla. Cayó en el color morado, confusión. El resultado fue inesperado y poderoso: una versión desgarradora de The Climb de Miley Cyrus. Un cover que encapsuló perfectamente el espíritu del concierto: confusión convertida en belleza.

Cercanía sin efectos artificiales

Lauren no necesita luces estroboscópicas ni coreografías. Su puesta en escena fue sencilla: una estación de tren ficticia como escenografía, su banda en segundo plano, y ella —casi todo el tiempo— de pie frente al micrófono o sentada, como si cantara desde un diario personal.

Habló de su cena en España, de cómo le emociona ver gente llorar con sus letras, de lo que significa cantar sobre el dolor y ser escuchada sin juicio. Y lo hacía con una cercanía que desarmaba. No hablaba como artista: hablaba como amiga.

Producción honesta, voz protagonista

La Riviera no es una sala sencilla: techos bajos y una acústica exigente. Pero el equipo de sonido respondió con solvencia. La mezcla fue nítida, sin sobresaltos. La batería, el teclado y la guitarra ofrecieron la base perfecta para que la voz de Lauren fuese el hilo conductor de toda la noche.

Y vaya voz. Cálida, rota en momentos, poderosa cuando era necesario. Cada palabra parecía dicha desde una herida aún abierta, y eso se notaba.

VII. Un refugio temporal

Durante algo más de una hora, La Riviera se convirtió en un lugar donde estaba permitido sentir sin vergüenza. Se vieron lágrimas, abrazos, silencios respetuosos y gritos de rabia liberadora. Se cantó fuerte y también se escuchó con atención. Había quien llegó con una historia atravesada y salió con la sensación de haberla soltado un poco. Eso no es entretenimiento: eso es arte que transforma.

Lauren Spencer Smith no vino a entretener. Vino a contar su verdad. Y en el proceso, nos ayudó a ver la nuestra. En una industria que a menudo prioriza el espectáculo, Lauren apuesta por lo íntimo, lo genuino, lo emocionalmente honesto.

Y quizá por eso, al salir, no sabíamos si habíamos llorado o sanado. O ambas cosas.
Pero una cosa sí es segura: salimos con el pecho un poco más liviano.

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Redacción y fotografía: Almudena Balbuena

Acreditación: Live Nation Spain